lunes, 22 de diciembre de 2008

"TODAS LAS FIESTAS DEL MAÑANA"



“Todas las fiestas del mañana”: un ciclo que en estos días ha tenido lugar en la Biblioteca de Aragón de Zaragoza y ha coordinado Manuel Vilas. En el ciclo han participado varios autores que contempla la narrativa actual en nuestro país.
Se han celebrado tres sesiones: el seis de noviembre fue la primera y pude asistir, aunque con algo de retraso: llegué, escuché y disfruté. En ella intervinieron Álvaro Colomer, Flabia Comany, Juan Francisco Ferré, Julián Rodríguez, Felix Romeo, y Germán Sierra. Fue estupendo e interesante y el debate intenso. Ya comenté algo sobre ésta sesión en un post anterior.
El día doce de diciembre continuó el ciclo y esta vez intervenían: Robert Juan Cantaella, Jorge Carrión, Carlos Castán, Agustín Fernández Mallo, Eloy Fernández- Porta, Luís García Jambrina y Care Santos. Todos estupendos, pero por desgracia un pequeño accidente dental no me dejó disfrutar de la sesión como hubiera querido, porque estuve intercambiando mi presencia en la sala con mi dentista que, por suerte, se hallaba cerca del lugar. Pude escuchar a los primeros autores y fue estupendo. Cada uno leyó un fragmento o capitulo de una de su obras, aunque no llegué a tiempo para escuchar a los dos últimos, pero... qué se le va hacer. Cuando mi dentista terminó con la tarea en mi boca volví de nuevo a la sesión, aún dudando si habría llegado a su término, pero cuan grande fue mi sorpresa al comprobar que seguían en la sala.
Enseguida comprendí que debió ser entretenido el debate posterior, y yo me lo había perdido, digo esto, porque ignoro que pasó en la sesión, mientras mi dentista se afanaba por reconstruirme un puente, pero si no recuerdo mal y resumiendo…, se había llegado a la conclusión de que: "la literatura no sirve para nada..." coño! -qué ha pasado aquí- pensé, me arreglan un puente y me joden otro. Y no sé que demonios hablaban sobre “pijos”, pero...¿ cómo es posible que un debate sobre narrativa literaria acabe con semejante sentencia y desvarío?, me preguntaba sin parar. Aunque MV sonreía, quizá la frase fuera pura ironía, así que la cosa no será tan grave, digo. A mí no me preguntéis. Yo estaba en el dentista.

No pude quedarme después para hablar del asunto con alguien dispuesto y me hubiera gustado -en serio-, pero me dolían los dientes y casi no podía abrir la boca. Supongo que alguna explicación habrá. Dichosos dientes…

La última sesión se celebró al día siguiente sábado, trece de diciembre, con la intervención de Eloy Fernández-Porta y Agustín Fernández Mallo, y seguro que fue interesante. Tampoco pude asistir, qué lástima, ya lo sé...ya lo sé, bastante sentí perderme una oportunidad como ésta, pero tenía que trabajar. Dichoso trabajo…

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