domingo, 26 de julio de 2020

UN MUNDO QUE CAMBIA -9








Después de leer todo lo expuesto en el importante capítulo 7 del último libro publicado por César VidalUn Mundo Que Cambia”, decir que te quedas sin palabras sería decir la verdad, pero no sería cierto, en realidad lo que ocurre es que los signos se agolpan dentro de tu cabeza y es por eso que se quedan atascadas. Una se pregunta a qué venía tanta contentura y tanto aplauso concentrado entre los ministros de éste “gobierno” y su presi… Quizá sea porque con el montón de dinero que le han sacado a la desunión europea, podrán pagar a los pensionistas sin problemas añadidos, y ayudar a las personas con una incapacidad notable para que no se sientan solas o desatendidas ¡Ahh! podrán poner en marcha todas las empresas que se han ido al garete por el coronaleche y de paso podrían volver a sus puestos de trabajo todos aquellos que están con el erte o con el ere o con el paro enquistado en el hígado. También puede que les llegue ahora el dinero para hacer esa merecidísima reforma sanitaria, por supuesto, extensible a todos los centros geriátricos habidos y por haber. Con un poco de suerte puede que hasta acaben con las ratas y cucarachas de algunos departamentos de justicia que, por cierto, se caen a pedazos y hasta el agua de lluvia moja los mismísimos expedientes, y ya de paso, repasen efusivamente los centros de enseñanza de todo el país, sobre todo los que son prefabricados. No sé, igual me quedo corta, seguro que me dejo algo importante que no acaba de salir de mi cabeza. Ya lo tengo!!! podrían vender Biblias sin mutilar, que de esas hay pocas y vienen muy bien siempre, pero sobre todo... cuando empiezas a no creer en nada y casi nadie y la inquietud te abruma. Bueno, y si sobra algo que se lo queden, que embargar a los españoles ha sido un trabajo de muchos años y un esfuerzo extra lo merece. Total hay más días que longaniza y años de sobra para pagar la deuda, ¿no? aquí os dejo unos párrafos del referido capítulo 7 de UN MUNDO QUE CAMBIA para pensar sobre ello:

El endeudamiento no es la respuesta generosa o siquiera equilibrada a las necesidades de personas o naciones. Por el contrario, la deuda es un mecanismo de sometimiento a los intereses de otros que afecta lo mismo a particulares que a estados. No deja de ser significativo que así lo vieron tanto los autores de la Biblia como los Padres Fundadores”

En Proverbios 22:7 aparece una afirmación que debería escribirse a la entrada de los bancos y de las organizaciones internacionales: “Los deudores son esclavos de sus acreedores”

De ahí que también el libro de los Proverbios (17:18; 22:26-27) señale que sumarse a la deuda de alguien es un acto de necedad que puede llevar a que uno pierda incluso el lecho en el que duerme”
No sorprende que la Torá enseñara que una muestra de la bendición divina es precisamente que no haya que pedir prestado (Deuteronomio 15:6) ni tampoco que Jesús enseñara que entrar en gastos que no se pueden sufragar es un signo de necedad (Lucas 14:28)”


Partiendo de esa base no puede sorprender que los Padres Fundadores contemplaran la deuda como una verdadera desgracia que había que eludir”
Thomas Jefferson era más que consciente de que los políticos se inclinan a contraer deudas nacionales. Jamás son ellos los que las pagan y de un mayor gasto se puede derivar el tener a su disposición fondos con los que alimentar clientelas políticas y mantenerse en el poder”


los ciudadanos no pueden consentir que los políticos descarguen sobre ellos la deuda. Tendrían que elegir entre el control del gasto y la libertad o el aumento de gasto y la esclavitud”

El resultado al final es que buena parte de la sociedad se ve reducida a la miseria porque como si se tratara de un tiro de caballos aparecen la deuda pública, los impuestos y finalmente la tiranía y la pobreza”

La democracia no se caracteriza — como afirmaría Piketty — por regar con subsidios y subvenciones a sectores enteros de la sociedad, subir impuestos y recurrir a la deuda para alcanzar la igualdad. Por el contrario, una de las primeras y más importantes de sus virtudes es saber economizar, y el mayor peligro contra ella es la deuda pública”


Hamilton dejó de manifiesto que “deseaba ardientemente ver incorporado como la máxima fundamental en el sistema de crédito público de los Estados Unidos, que la creación de deudas debería ir siempre acompañada de los medios para su extinción”


La afirmación de Washington resulta reveladora. En términos generales, no debía existir deudas que pesaran sobre la nación, pero, en caso de que esa deuda se produjera a causa de guerras inesperadas, habría que adoptar enérgicas medidas para quitar esa carga de encima de los hombros de los ciudadanos”

Las afirmaciones de Thomas Jefferson casi abruman por su enorme lucidez. Desde su punto de vista, no acabar con la deuda nacional solo podía llevar a un encadenamiento de desgracias”

De hecho, del aumento de la deuda solo cabía esperar una corrupción que, al fin y a la postre, condujera a una situación revolucionaria”

Sin embargo, debe decirse que esos consejos que previenen no solo contra el empeoramiento de las cuentas del estado, sino también contra el establecimiento de un sistema corrupto que llevará a la democracia a su final no han sido escuchados”

A día de hoy, la nación con mayor deuda pública del planeta es Estados Unidos — una situación que reviste algo menos de gravedad por el hecho de que el dólar es la moneda de intercambio universal y, precisamente por eso, buena parte de esa deuda es, al fin y a la postre, pagada por el resto del mundo. La nación subcampeona mundial de la deuda pública es España”

Lamentablemente, el tristísimo caso de España no es una excepción. La deuda atenaza a buena parte de las naciones de la Unión Europea. Sucede lo mismo con la mayor parte de las naciones de África y Asia y, de manera muy especial, con las de Hispanoamérica”

Una nación endeudada es una nación que pierde a ojos vista su soberanía nacional. Una nación endeudada es una nación que no puede decidir sobre su presente ni su futuro. Una nación endeudada es una nación que se convertirá en presa fácil del despojo. Cuando el pago de la deuda se convierte en difícil o incluso en imposible, la nación acaba en manos de sus acreedores y asiste indefensa al proceso de descuartizamiento de sus recursos en beneficio de oscuros intereses. Al final, se consuma el cuadro que aparece tanto en la Biblia como en los escritos de los Padres Fundadores. Ha llegado la corrupción del sistema y con ella, la servidumbre y la miseria”

El lector puede sentirse tentado de pensar que el panorama descrito en las páginas anteriores tendrá lugar al sur del río Grande o al sur del estrecho de Gibraltar, pero es imposible que pueda reproducirse en su nación avanzada y democrática”

En noviembre de 2018, se publicó en los Estados Unidos el tercer informe anual de actitudes hacia el socialismo” “De entrada, el informe concluía que la población de los Estados Unidos carece de una comprensión seria de lo que es el socialismo y el comunismo. Tres de cada cuatro norteamericanos no son capaces de señalar cuántas personas fueron asesinadas en dictaduras comunistas” “el 26% de los norteamericanos nunca ha recibido ninguna enseñanza sobre el comunismo en ningún contexto educativo o profesional. Además, la mitad de los norteamericanos asocia el socialismo con los estados del bienestar en Europa occidental y Escandinavia, pero no con las dictaduras marxistas” “solo uno de cada cuatro americanos asocia socialismo con “control total”


Ante el horror, constituye una reacción muy común afirmar que -esto no puede suceder aquí.. En algunas ocasiones, esa frase se sustenta en la realidad especialmente cuando las bases de una nación son sólidas. El caso de los Estados Unidos es, al respecto, paradigmático. Basado en el espíritu de la Reforma con todos los valores bíblicos que esta recuperó, el sistema estadounidense ha funcionado muchísimo mejor que el de las naciones al sur del río Grande deudoras de la Contrarreforma católico-romana y también mejor que el de la mayoría de las naciones europeas. Sin embargo, ese sistema se enfrenta con una serie de circunstancias que lo ponen en serio peligro”

No deja de constituir una paradoja sangrante que gentes que han huido hacia el norte para librarse
de los perniciosos efectos de sistemas políticos intervencionistas pretendan ahora implantar sistemas semejantes de gasto público, corrupción y clientelismo en el suelo de los Estados Unidos”

Sin embargo, el intervencionismo estatal no es el único peligro que amenaza a las democracias”

Esa agenda nacional constituye el gran peligro interno, sin duda, pero el externo — que cuenta con él como aliado — resulta aún más formidable y no tiene intención de cejar hasta aniquilar los sistemas democráticos y las naciones. Se trata de una agenda que va mucho más allá en su lucha contra la libertad y que es asumida no solo por la izquierda, sino también por la derecha”


Continuará...



miércoles, 22 de julio de 2020

UN MUNDO QUE CAMBIA -8






Después de la guerra que inundó de sangre y cartillas de racionamiento cada rincón de España, como en todas las guerras, sólo la desolación es comparable a la fuerza por seguir en éste mundo y éste hecho es el que empuja a las gestes a la intensa tarea de sobrevivir.
Mi madre se pasó más de una década (desde los ocho a los diecinueve años 1942-1953) vendiendo jabón hecho en casa. Entre otras tareas y según cumplía años: vendió pipas, caramelos y hasta batatas en la calle, cuidaba niños, limpiaba, planchaba y cocinaba en las casas, también iba a la recogida de la oliva igual que sus dos hermanas mayores. Pero lo que más vendía era jabón. Ella llegaba al mercado de abastos de Baena o a la plaza, como solían nombrar aquel bendito espacio, con su cajón de jabones bien cortados y su corta edad. Mi abuela previamente había preparado la mezcla de los ingredientes con el aceite que mi abuelo y mi tío, con tan sólo once años, traían cada amanecer después de haber pasado toda la noche recogiendo turbios, que es el aceite que suele escaparse de los molinos y que iba a parar al río. Noches interminables y helados de frío, pero contentos cuando se les daba una buena recogida. Eran cinco hermanos, mi madre y mi tío eran los más pequeños, pero todos arrimaban el hombro. Según el clima hacían trabajos de albañilería, apaleaban y limpiaban lana para venderla a mejor precio, trabajaban en los cortijos o lo que iba saliendo. Cualquier cosa, porque quedarse quieto era pasar hambre.
Mi madre solía llegar temprano y se colocaba cerca del cruce de paso más céntrico de la plaza, con ello buscaba la estrategia del vender y que la viera pronto el recaudador, que era el encargado de cobrar un pequeño tributo a todos los que allí acercaban sus mercancías a las gentes y ocupaban un espacio. Tenían que abonar una peseta por adelantado vendieran el producto que vendieran. A veces, mi madre llegaba sin la peseta previa y el recaudador hacía la vista gorda, porque sabía que la peseta del primer jabón vendido era para él, sabía que ella no trataba de escaquease del pago del tributo y sabía que con un poco de comprensión y sencillez todos salían ganando.
Hoy es todo tan complicado que antes de levantar la persiana ya le debes la vida al recaudador. Ahora, tengo más claro el porqué de la situación a la que hemos llegado. Y de nuevo, Un Mundo Que Cambia, de César Vidal lo expone con una claridad que abruma. Aquí os dejo unos párrafos del capítulo 6 y espero que hayáis conseguido vuestro ejemplar:



Marx y Engels vieron con enorme claridad que el camino a la conquista del poder y la implantación de la dictadura del proletariado pasaba necesariamente por un ataque encarnizado contra la propiedad privada. Uno de los instrumentos privilegiados para alcanzar esa meta era la subida progresiva de impuestos, el despojo creciente de las herencias, y el emprendimiento de programas que podríamos denominar sociales”
Si, por un lado, las dos primeras medidas crearían un empobrecimiento creciente de las clases medias y su proletarización; por otro, esas nuevas masas lanzadas al empobrecimiento se convertirían en sectores clientelares que respaldarían a los comunistas en su asalto al poder”


El fascismo no llevó a cabo esas medidas confiscatorias, pero sí supo utilizar las medidas sociales para conquistar una enorme base social que, satisfecha por las ayudas estatales, contempló con pasividad e incluso con complacencia la desaparición de los regímenes parlamentarios”


En las democracias actuales, la bandera de la igualdad y de la justicia social se están enarbolando
de manera semejante para empobrecer y proletarizar incluso a las clases medias a la vez que se crean clientelas inmensas que, llegado el caso, alcen al poder a partidos impulsores de medidas socialistas abocando a esos sistemas democráticos hacia su conclusión”


Tan es así que esas subidas de impuestos son respaldadas incluso por sectores de la población que se ven totalmente perjudicados por esas medidas, pero que son incapaces de verlo gracias a la propaganda política y mediática”


Como indicamos en la primera parte del libro, la democracia americana surgió modelada por la cosmovisión de los puritanos. El enfoque que dio a los impuestos no fue, al respecto, una excepción. En la Biblia, hay referencias a los impuestos que son dignas de consideración. Por ejemplo, la Torá contemplaba un impuesto fijo situado en la décima parte del beneficio obtenido (Deuteronomio 26)”


ese impuesto del diezmo no aumentaba porque la persona tuviera más ingresos, sino que se aplicaba por igual a todos en el entendimiento de que el diezmo del rico siempre sería mayor que el
del pobre. Se trataba, pues, del impuesto que suele denominarse de capitación, es decir, cada cabeza pagaba la misma proporción de sus ingresos aunque la cantidad variara finalmente”


Por supuesto, el Antiguo Testamento no pasaba por alto que habría gobernantes que intentarían aumentar los impuestos por encima de ese nivel, pero, de manera bien significativa, esa práctica no se presentaba como buena, sino que se señalaba que formaría parte de los abusos de poder”

La finalidad del estado no es regar a los ciudadanos con servicios y mucho menos forzar la igualdad, sino simplemente mantener la seguridad y el orden castigando a los que lo quebrantan. Semejante principio es de aplicación general y no diferencia entre regímenes democráticos y los que no lo son. Por añadidura, indica que esa es la finalidad de los impuestos”


para los Padres Fundadores — que se habían alzado contra el dominio inglés precisamente cuando este descargó sobre los americanos nuevos impuestos — la capitación constituía, como en la Biblia,
el modelo de impuesto, aunque se aceptara la posibilidad de algún otro impuesto directo. Con todo, esos impuestos -serán UNIFORMES a través de todos los Estados Unidos. (Art. I, Sec. 8)”


Semejante visión — de honda raigambre bíblica y puritana — solo comenzó a quebrarse a finales del siglo XIX por efecto de ideologías como el progresismo y el posestructuralismo que implicaban no ver a los ciudadanos como parte de la nación, sino como parte de grupos sociales concretos. Semejante visión tiene, entre otras consecuencias negativas, la de enfrentar a unos sectores de la población con otros”


el Congreso aprobó una ley que diferenciaba en el trato a ricos y pobres. El senador — y antiguo congresista— Justin Morrill (1810-1898) captó a la perfección algunos de los peligros inherentes a esa medida afirmando: “En este país, ni creamos ni toleramos ninguna distinción por razón de rango, raza o color y no deberíamos tolerar nada más que la igualdad completa en relación con nuestros impuestos..”

Fundador del partido republicano, Justin Morrill dejó de manifiesto que se podía mantener un sistema tributario más acorde con el espíritu de los Padres Fundadores — y de la Biblia — sin desatender necesidades como la educación universitaria”


A decir verdad, en 1895, el Tribunal supremo dictó una sentencia contra la ley de 1894 alegando
que sería un paso hacia -una guerra de los pobres contra los ricos— una guerra constantemente creciendo en intensidad y amargura.. Sin embargo, los denominados progresistas decidieron continuar su plan, y en 1913 lograron que la décimosexta enmienda sustituyera la imposición por capitación por unos impuestos progresivos. El sistema impositivo dejaba de tratar a los americanos como ciudadanos iguales para convertirlos en parte de grupos, una medida extraordinariamente dañina para la democracia”


las clases medias acabarían pagando las cuentas en términos de empleo, de crecimiento económico
y de prosperidad, ya que la subida de impuestos tiene como consecuencia directa la reducción del crecimiento económico y de la inversión y el aumento del desempleo”


Es más, la democracia se va destruyendo de manera difícilmente reversible gracias a estas conductas desencadenadas desde el poder. De los partidos, la corrupción del sistema pasa al aparato del Estado e impregna el funcionamiento de la agencia tributaria, de la policía, de los fiscales y de los jueces. Quizá la mayoría de los ciudadanos lo ignore, pero el sistema en el que viven va avanzando día a día, quizá hora a hora, hacia una dictadura que de democracia apenas conserva el ropaje. En paralelo, aparece otra gran amenaza para la democracia: La deuda nacional, un mecanismo de desgracia”


Continuará...

lunes, 6 de julio de 2020

UN MUNDO QUE CAMBIA -7






Todos sentimos alguna vez poca disposición para salir de las sabanas cuando amanece y el día espera a que des el primer paso. Cuando era niña algunos días no encontraba sentido al hecho de levantarme para ir al colegio y mi madre siempre buscaba la manera de recordarme que iba para aprender a defenderme mejor en la vida a la hora de elegir un oficio, que leer, escribir y saber de cuentas me ayudaría bastante. Siempre conseguía animarme con su fantástica visión de lo que podría ser mi futuro laboral. A veces, la diferencia de opiniones sobre el asunto vencía mi pereza y el primer paso ya estaba en camino, aunque lo que me convencía de verdad era su tranquilidad y seguridad a la hora de hablar de mi futuro.
Me lamento mucho de no haber tenido ese tiempo para hablar con mis hijos cuando ellos tenían esos días que hasta las sabanas pesan. Cuando trabajas el reloj es tu enemigo más agobiante. El estrés y las prisas acompañan cada acto del día y no deja espacio para mucho más. La relación con tus hijos queda en frases cortas e imperativas y cuando encuentras una ocasión para hablar con ellos sobre su futuro ya no hay espacio para ilusionar a nadie y sólo queda esperar que acaben sus estudios hasta el final para optar a un futuro mejor o que busquen un empleo. Pero la realidad es una losa aplastante y, en contra del sentido común, algunos de los jóvenes que abandonaban los estudios y encontraron un puesto de trabajo estuvieron más acertados que los que consiguieron acabar sus carreras, porque la mayoría esperan juntos en la misma fila del desempleo. ¿Cómo animarán hoy día los padres a sus hijos? ¿Qué les dirán sobre su futuro? ¿Abrirán los ojos para ver la verdad cara a cara o sólo se dejaran llevar por las aguas del río en un barco que dirigen otros con el futuro de sus hijos como carga más relevante?
El último libro de César Vidal “Un Mundo que Cambia” acaba de salir a la venta en España y están trabajando para que no falten ejemplares en las librerías, porque ya está agotado. Mientras esperáis el vuestro, os dejo aquí algunos párrafos del capítulo 5 y deseo que encontréis en ellos, algunas respuestas a muchas de las preguntas que todos nos hacemos como padres y como personas pensantes:



Thomas Piketty es un firme partidario de las tesis que defienden un intervencionismo creciente del Estado” “Las tesis de Piketty encajan perfectamente con la izquierda, pero han encontrado también repercusión en fuerzas de derechas. En no escasa medida, son la consumación de toda una trayectoria histórica que comenzó con sus padres, y que continuó con el propio Piketty que enseñó en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (1993-1995)”

Piketty no ha tenido el menor éxito en cuanto a resultados de los políticos a los que ha asesorado, pero se ha convertido en un icono de la economía occidental. Basándose en la tesis de que la primera finalidad de la democracia ha de ser acabar con la desigualdad, Piketty sostiene que la meta se alcanzará privando a los ciudadanos de su propiedad por vía impositiva para luego proceder a distribuirla”

Resulta, sin embargo, discutible, primero, que la finalidad del Estado — especialmente el democrático — sea lograr la igualdad de todos los ciudadanos y que incluso determinados fines que podríamos denominar sociales tengan que conseguirse mediante impuestos crecientes y el despojo del fruto del trabajo”

La realidad es que la batalla por la igualdad encierra una enorme falacia, y es la de pensar que esa igualdad es el bien máximo cuando la verdad es que no lo es. No solo eso. En realidad, constituye un gran mal y una inmensa injusticia. Pensar que aquellos que más trabajan, que tienen más talento, que se esfuerzan más, que más sacrifican profesionalmente tienen que recibir la misma recompensa que los holgazanes, los estúpidos o los carentes de preparación constituye un atentado no solo contra la justicia, sino contra el mismo sentido común. La justicia no es la igualdad, sino dar a cada uno lo que se merece”

Los procesos revolucionarios en que tan pródigo fue el siglo XIX, la creencia en una evolución de la Humanidad supuestamente de carácter científico, la fe en las utopías y el desasimiento de cualquier norma de carácter moral dieron lugar, entre otros frutos, al nacimiento del socialismo. Su peso en el siglo XX iba a ser extraordinario, y teniendo en cuenta que tan solo el comunismo se tradujo en la muerte por represión o hambre de más de cien millones de personas resulta difícil considerar que el balance sea positivo”

Marx lo había anunciado punto por punto en su obra más leída: el Manifiesto comunista. No deja
de ser significativo que el socialismo fuera en el curso de pocos años conectado casi de manera única con los nombres de Marx y Engels, y es que, como nadie antes, ambos captaron y expresaron la esencia de esa doctrina política”


Según relataría el mismo Engels, aquella teoría de Marx era, en realidad, un “descubrimiento” que “iba a revolucionar la ciencia de la historia.” En otras palabras, la concepción de Marx era más un
hallazgo científico que una elucubración filosófica. Precisamente, por ello, pensaba Engels que en adelante no solo había que “razonar científicamente” sus puntos de vistas, sino que además había que hacer lo posible por “ganar al proletariado europeoa la nueva “doctrina”


No vamos a detenernos en un análisis pormenorizado del Manifiesto, pero sí vamos a detenernos en algunas de las medidas que Marx y Engels propugnaban para poder implantar la dictadura comunista. Tras una primera parte de su exposición en la que indicaban que la lucha de clases es inevitable y que el proletariado debe aniquilar a la burguesía para liberarse, Marx introduce el tema del Partido Comunista y su papel en este proceso histórico”


La meta, finalmente, del proletariado es, por lo tanto, hacerse con el poder político y desde el mismo llevar a cabo “una violación despótica del derecho de propiedad” que en los países más avanzados se encarnarán en medidas muy concretas:
1. Expropiación de la propiedad territorial y aplicación de la renta a los gastos del estado. 2. Impuestos fuertemente progresivos. 3. Abolición de la herencia. 4. Confiscación de la propiedad de los emigrados y rebeldes. 5. Centralización del crédito en manos del Estado mediante un banco nacional, en el que el Estado poseerá el capital y disfrutará de un monopolio exclusivo. 6. Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte. 7. Multiplicación de las manufacturas nacionales y de los instrumentos de producción, roturación de los terrenos sin cultivar y mejora de las tierras cultivadas de acuerdo con un sistema general. 8. Trabajo obligatorio para todos, organización de ejércitos industriales para la agricultura. 9. Combinación del trabajo agrario e industrial, medidas cuya finalidad sea la desaparición gradual de la diferenciación entre la ciudad y el campo. 10. Educación pública y gratuita de todos los niños, abolición del trabajo infantil en las fábricas tal y como se practica hoy, combinación de la educación con la producción material, etc”


Ese intervencionismo iría privando de su propiedad a los ciudadanos, hurtándoles el derecho a educar a sus hijos, erosionando la familia — a la que se ve como un enemigo que debe ser destruido — y controlando la economía desde arriba. Resulta enormemente interesante el ver que Marx y Engels no pensaban que esas medidas se adoptaran tras la conquista del poder — como ha sucedido en naciones como Rusia, China o Cuba —, sino, previamente, para facilitar la conquista del poder de los comunistas. Para lograrlo, los comunistas respaldarían cualquier movimiento que creara tensiones dentro de la sociedad”


La revolución esperada por Marx y Engels estalló en 1848, pero contra lo que habían preconizado ambos no trajo consigo la victoria del proletariado y la aniquilación de la burguesía, sino resultados muy diversos. Entre 1848 y 1852, no solo las revoluciones fueron siendo sofocadas, sino que además Luis Bonaparte dio un golpe de estado en Francia, iniciando el II Imperio, la cual se produjo la disolución de la Liga de los comunistas. Como pronóstico del futuro inmediato, las líneas redactadas por Marx y Engels no podían haber resultado más fallidas”

A más largo plazo sucedió lo mismo con la visión científica que Marx y Engels afirmaban haber descubierto. A lo largo de décadas, los países capitalistas más avanzados no solo alejaron el fantasma de una crisis que provocara el desplome del sistema, sino que acabaron por primera vez en la Historia con el trabajo infantil. Lograron no solo que las clases medias no se proletarizaran, sino que el proletariado se convirtiera en clase media”
La palabra ”fascismo” no es comprendida, lamentablemente, por la mayor parte de la población mundial. La izquierda la convirtió en un término mordaza que lo mismo servía para denigrar a Ronald Reagan y a Margaret Thatcher que a las políticas conservadores o clásicamente liberales. Tildar a alguien de fascista implica estigmatizarlo y denigrarlo, sacarlo del debate social y condenarlo de la misma manera que los regímenes fascistas quedaron condenados por su derrota en
la Segunda Guerra Mundial

Esa conducta puede tener réditos en el terreno de la propaganda y de la lucha política, pero presenta como un gran inconveniente el no ver hasta qué punto muchas de las políticas seguidas en el seno de las democracias, especialmente por las izquierdas, son abiertamente fascistas”


Tras una victoria electoral innegable, Mussolini mantuvo la monarquía, pero desarboló el sistema parlamentario instaurando una dictadura que suprimió los partidos políticos, las libertades y cualquier asomo de sistema representativo. Sin embargo, la oposición política fue muy escasa hasta el punto de que Mussolini no tuvo que recurrir durante años a medidas represivas extremas y se limitó a encarcelar o desterrar a unos centenares de opositores. La Iglesia católico-romana y la monarquía lo apoyaban, pero, por encima de todo, Mussolini era respaldado por grandes masas populares que no habían tenido problema alguno en cambiar su libertad por el disfrute de leyes socialistas”

Solo su deseo de crear un Imperio italiano invadiendo en 1935 Etiopía colocó en su contra a una parte de la comunidad internacional. Ese repudio fue el que impulsó a Mussolini a aliarse con un hombre al que despreciaba: Adolf Hitler. Fundador del nacional-socialismo alemán, una versión germánica del fascismo, Hitler también había llegado al poder democráticamente y había comenzado un gobierno de intervencionismo estatal que acabó convirtiéndose en dictadura. Al final, la derrota de Hitler en la Segunda Guerra Mundial provocaría también la de Mussolini y su muerte en 1945”

Como en la Antigua Grecia, la creación de enormes masas clientelares encantadas por los supuestos beneficios sociales habían terminado por acabar con sistemas parlamentarios y democráticos instituyendo dictaduras”

Las enormes masas subvencionadas en Hispanoamérica, los inmigrantes — no pocas veces ilegales — de origen hispano en Estados Unidos y de origen musulmán en la Unión Europea, los sectores de población — no pocas veces étnicos — receptores de ayudas sociales que puedan inclinar su voto hacia determinadas opciones políticas son los arietes, no pocas veces inconscientes,
lanzados contra el sistema democrático con la finalidad de colapsarlo de la misma manera que sucedió en la Antigua Atenas”


Continuará...