jueves, 3 de septiembre de 2020

UN MUNDO QUE CAMBIA -13

 





Ni recuerdo el tiempo que nos costó convencer a mis padres para que nos trajeran una a casa. Pensamos que no lo conseguiríamos nunca y salíamos a jugar a la calle con nuestros vecinos. Daba igual a qué jugáramos; al escondite, al bote, bote, al churro va!, y si alguno traía un balón el abanico se abría a la carta; al pelotazo, al balón prisionero, a la pared, etc, etc, etc. En mi calle nos juntábamos entre niños y niñas más de una veintena y enseguida se formaban equipos para cualquier juego, lo pasábamos en grande. Era el mejor momento del día. No creo que se nos pasara por la cabeza a ninguno que aquello se acabaría con nosotros, que no habría más generaciones de niños que se conocieran y jugaran juntos en su calle y que aquella algarabía dejaría de escucharse, pero así fue. Las familias con muchos niños desaparecieron, nosotros poco a poco crecimos y, por fin, ella vino a casa. A mi padre no le gustaba que nos acercáramos mucho para verla, decía que nos íbamos a quedar ciegos, que parecíamos bobos y que no podía ser bueno. Teníamos que darle un beso cuando llegaba del trabajo si no queríamos quedarnos sin dibujos animados o lo que sea que estuviéramos viendo a través de ella, porque si no lo hacíamos por estar ensimismados se enfadaba y la apagaba. El último juego entre vecinos y amigos en la calle que recuerdo haber visto, bastante asombrada por cierto, fue una lucha con palos que hacían las veces de espadas imitando a Marisol y sus amigos en Un rayo de Luz. Película que acabábamos de ver en la televisión un sábado por la tarde y fue un milagro que nadie saliera herido. Mi padre tenía razón: aquel invento era un verdadero monstruo de masas. Se lo hubiera dicho en aquel mismo momento, le hubiera dado la razón, pero ya se había aficionado a ver los partidos de fútbol, los toros y las películas del oeste. Las noticias o el parte, como decía él, no le gustaban y apenas le prestaba atención porque decía que todo era mentira. También tenía razón.

A estos pocos párrafos del capítulo 11 de UN MUNDO QUE CAMBIA de César Vidal, no les falta esa misma razón sobre la manipulación de las masas. Aquí los dejo y espero que podáis conseguir un ejemplar del libro, pues no tiene desperdicio ni medida a la hora de enseñar verdades, muchas veces incómodas para algunos, pero verdades:


La realidad es que las afirmaciones de los calentólogos carecen de base sólida”

Primero, si vivimos realmente un calentamiento global, en cualquier caso, no es algo excepcional en la historia de este planeta y del ser humano”

En segundo lugar, resulta obvio que esos períodos cíclicos de calentamiento no tuvieron que ver con la actividad humana y que la razón fue natural y relacionada con el sol y, de manera semejante, la mayor fuente de calor es precisamente este astro”

En tercer lugar, las previsiones sobre el cambio climático-calentamiento global, como suele suceder en las sectas milenarias, no se han cumplido ni de lejos en las últimas dos décadas”

El 25 de febrero de 2001, el suplemento Crónica del diario español El Mundo publicó en su número 280 un reportaje titulado PREDICCIONES/ MEJOR QUE NO SE CUMPLAN. En el citado texto se indicaba lo que sucedería en 2020 a tenor de lo anunciado por científicos de entonces”

Resulta casi conmovedor contemplar las predicciones de los calentólogos pronunciada hace casi dos décadas. Resulta conmovedor porque no se ha cumplido ni una sola ni por aproximación. Ciertamente, esos errores verdaderamente espectaculares no parecen haber repercutido en el devenir profesional de los que los anunciaron”

Es más que obvio que las previsiones de los calentólogos han fracasado estrepitosamente, pero también es más que innegable que son más populares que nunca gracias a políticos, financieros, periodistas y académicos que han encontrado en la calentología una forma de vida”

Que de los tres fundadores originales de Greenpeace todos acabaran fuera de la organización y uno incluso no deje de expresar sus puntos de vista contrarios a la tesis de los calentólogos es bien significativa, pero que Al Gore derroche energía en su mansión de una manera verdaderamente colosal o que Obama decida gastarse casi quince millones de dólares en una mansión que, supuestamente, tiene que verse anegada por las aguas por el efecto del cambio climático resulta aún más revelador”

De especial gravedad es que entre los objetivos de la secta de los calentólogos ocupe un lugar especial la captación de niños y jóvenes”

Junto a otros quince niños, Greta Thunberg presentó una queja formal ante el Comité de las Naciones Unidas encargado de los derechos del niño que acusa a Argentina, Francia, Brasil y Turquía de violar los derechos de los niños al no adoptar suficiente acción para ocuparse del calentamiento global”

la queja de los niños no incluía a naciones como China e India que se encuentran entre los mayores contaminadores”

el mensaje no contiene un sólo elemento racional ni práctico, sino que se limita a vocear un inmenso resentimiento contra los mayores, contra los gobiernos y contra las instituciones. Millones de niños son así sometidos a la nueva y totalitaria religión globalista y, más concretamente, a su sector calentólogo”

A nadie que conserve un mínimo de sentido común se le escapa que esta gigantesca manipulación es movida por un flautista como sucedió ya con la aldea medieval de Hamelin”

No les han enseñado sobre Dios y su responsabilidad hacia Él porque ellos mismos, incluso siendo religiosos, no han tenido una vivencia personal de encuentro con el Todopoderoso, sino que, a lo sumo, se han limitado a la práctica de ritos y ceremonias. Al final, lo que tenemos tras décadas de mala conducta y pésima educación son generaciones de críos malcriados que acusan a los que los mimaron de haber destruido su infancia y que siembran el resentimiento con la mayor de las amarguras”

Son Greta y los gretinos, pobres criaturas infelices que bailan al son del flautista rumbo hacia hundirse en su propia aniquilación”

Las tesis de los calentólogos -abrazadas con entusiasmo lo mismo por Pedro Sánchez que por el papa Francisco, por Al Gore o Barack Obama, por las izquierdas o el sector radical del partido demócrata en los Estados Unidos- no son ciertas, pero tampoco son inocentes y forman parte esencial de una siniestra y totalitaria agenda globalista”

Continuará...




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