jueves, 27 de agosto de 2020

UN MUNDO QUE CAMBIA -12

 




Hay bastantes temas en la vida de las personas sobre los que deberíamos decidir al tener una edad, sino adulta, al menos, determinada por la inquietud de cada cual y contando con el privilegio de toda información posible sobre las opciones a escoger. Uno de los más relevantes diría yo que es lo que conocemos como religión y que yo prefiero llamar espiritualidad. Pero claro, es tan sencillo adoctrinarnos cuando somos niños ¿verdad?.

Aquí os dejo unos párrafos del capítulo 10 de UN MUNDO QUE CAMBIA de César Vidal, intenso muy, muy intenso... todo el libro.



El papa Francisco es uno de los grandes iconos de la agenda globaslista en la actualidad”

pero la realidad es que el respaldo que el actual pontífice proporciona a la agenda globalista y a un gobierno mundial no es algo nuevo, sino que tiene claros e indiscutibles antecedentes en los papas que lo precedieron”

Así el 1 de enero de 2004, tuvo lugar una de las iniciativas diplomáticas más relevantes del pontificado de Juan Pablo II al lanzar la idea de un nuevo orden mundial”

el papa afirmó rotundamente que “más que nunca, necesitamos un nuevo orden mundial que se sirva de la experiencia y de los resultados conseguidos en estos años por Naciones Unidas”

Semejante afirmación revestía una enorme importancia”

La importancia deriva de que la Santa Sede es un estado que cuenta con el estatus de observador en la ONU y con representación diplomática en más de ciento setenta países. En otras palabras, su capacidad para actuar como un lobby de determinados intereses no es desdeñable”

prosiguió de manera más acentuada con su sucesor Benedicto XVI. En el año 2009, su encíclica “Caritas in veritate (Amor en verdad)” se refirió de manera expresa e imperativa a la necesidad de un gobierno: “Para gestionar la economía global, para reavivar la economía golpeada por la crisis; para evitar cualquier deterioro de la presente crisis y los mayores desequilibrios que resultarían de ella; para proporcionar un desarme integral y en tiempo, seguridad de alimentos y paz; para garantizar la protección del medio ambiente y regular la migración: para todo esto, existe una urgente necesidad de una verdadera autoridad política mundial”. El pasaje difícilmente hubiera podido ser más claro y revelador. Frente a los problemas con que pudieran enfrentarse los países, la solución propugnada por el papa no era la acción adecuada de sus respectivos gobiernos o la cooperación internacional en casos concretos. Por el contrario, la meta debía ser la de la implantación de un gobierno mundial”

En octubre de 2011, el Vaticano dio un paso más en favor de la agencia globalista. Así el Consejo Pontificio de Justicia y Paz publicó un documento titulado “Hacia reformar los sistemas internacionales financiero y monetario en el contexto de una autoridad pública global”. El documento arremetía contra la economía de libre mercado. No era difícil porque la Santa Sede siempre se manifestó contraria al sistema de libre mercado”

En cuanto a la creación del nuevo gobierno mundial resultaba obvio en el citado documento que se construiría sobre la base de vaciar a los gobiernos nacionales de sus competencias. Como señala el documento, “esta trasformación será hecha al coste una trasferencia gradual y equilibrada de una parte de los poderes de cada nación a una autoridad mundial y a autoridades regionales”

qué residuos de democracia pueden quedar en cualquier nación que entrega su soberanía económica a un gobierno mundial, que condena al libre mercado y que considera que el mundo debería regirse por los principios del movimiento Ocupa Wall Street”

el papa Juan XXIII adelantó conceptos semejantes “Hoy el bien común universal nos presenta problemas que son mundiales en sus dimensiones; problemas, por tanto, que no pueden ser solucionados excepto por una autoridad pública con poder, organización y medios coextensivos con estos problemas y con una esfera de actividad mundial. Consecuentemente el orden moral mismo exige el establecimiento de alguna forma semejante de autoridad pública”

ya hace más de veinte años, la posición ideológica del futuro papa Francisco estaba más que definida. Así señalaba que “a partir de la Encíclica Laborem Exercens, Juan Pablo II ha contribuido con un aporte notable a abrir el diálogo entre el cristianismo y el marxismo”

el papa Francisco, en una carta dirigida a los obispos católicos, afirmó: “El cambio climático es real y peligroso. Se necesita un nuevo sistema de gobierno mundial para hacer frente a esta amenaza sin precedentes. Esta nueva autoridad política estaría a cargo de la reducción de la contaminación y del desarrollo de los países y regiones pobres”. De manera bien reveladora, el pontífice unía el deseo de un gobierno mundial con la afirmación del cambio climático y el deseo de un control de la economía global”

En 2017, el papa Francisco volvió a repetir su apoyo a un gobierno mundial y en declaraciones al periódico italiano La Repubblica afirmó que los Estados Unidos de América tienen “una visión distorsionada del mundo” y que los estadounidenses deben ser gobernados por un gobierno mundial, lo antes posible, “por su propio bien”. Se trataba de una afirmación que solo podía considerarse una verdadera amenaza para la democracia americana”

persistente de la agenda globalista que pretende imponer un gobierno supranacional, que aspira a ir privando a los estados de competencias hasta vaciarlos prácticamente de contenido, que intenta justificar esos pasos apelando a cuestiones más que discutibles como el calentamiento global y que tiene como una de sus hojas de ruta los objetivos de desarrollo sostenible aprobados por la Asamblea general de Naciones Unidas 2015”

La teología de la liberación era, sin ninguna duda, teología, pero fue una teología encaminada a implantar dictaduras comunistas en Hispanoamérica”

Esa misma línea fue la manifestada, como ya vimos, por un personaje conocido entonces como Bergoglio y ahora como papa Francisco en el prólogo del libro Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro donde asumía toda la propaganda comunista sobre la tragedia cubana y llegaba incluso a afirmar que, salvo por el ateísmo, la dictadura castrista era semejante a la doctrina social católica”

Regresa ahora de la mano de la agenda globalista como una fuerza que puede desencadenar la miseria, el dolor y la muerte sobre centenares de millones de hispanoamericanos”



El nuevo pacto de las Catacumbas por la casa global no es un mero documento de teología. Constituye, por el contrario, un programa de acción política con legitimación religiosa similar a la teología de la liberación que tanta sangre derramó en Hispanoámerica durante décadas. La amenaza ahora no es menor e incluso podría decirse que el peligro para libertad y la prosperidad de los pueblos resulta muy superior. Sin embargo, más grave que el nuevo Pacto de las Catacumbas iba a revelarse el reciente Sínodo de la Amazonia”

lo que no se puede negar es que la Iglesia católico-romana absorbió en masa un conjunto considerable de prácticas paganas y que lo hizo para aumentar su influencia social y política en un mundo mayoritariamente pagano. Sin duda, se trata de unos hechos sobre los que hay que reflexionar”

Resuelta difícil no encontrar paralelos en esta conducta con lo sucedido en el denominado Sínodo de la Amazonia, uno de los acontecimientos centrales en el desarrollo de la agenda globalista”

No deja de ser significativo que apenas contenga referencias a documentos papales, a teólogos cátolico-romanos o a textos de la Biblia, pero, por el contrario, reproduce, defiende e impulsa la agenda globalista”

No menos significativo que el apoyo entusiasta a la tesis de los canlentólogos es la manera en que el documento sinodal se refiere a las denominadas migraciones. El texto no solo niega a los gobiernos el derecho a establecer fronteras, sino que insiste en que las migraciones no puedan ser contenidas por las fronteras, así como en apoyar a los que protagonizan esos flujos migratorios. Las consecuencias de esta visión, totalmente contraria a la legalidad, pueden resultar verdaderamente pavorosas”

No menos significativo es el conjunto de concesiones al feminismo adoptando el lenguaje inclusivo, refiriéndose a la empoderación de la mujer e incluso señalando que ha de potenciarse su posición de liderazgo incluso en el ámbito eclesial, algo verdaderamente llamativo”

Asume la visión globalista en una zona estratégica para el desarrollo de las naciones y donde ya la mayoría de la población ha dejado de ser católico-romana para convertirse en evangélica. De echo, José Luis Azcona, obispo emérito de Marajó, en el delta del Amazonas, así lo señaló. Ciertamente, los obispos debatieron sobre las razones para el crecimiento de los evangélicos y el decrecimiento de los católico-romanos”

el documento asume toda una agenda globalista, una agenda que solo puede tener funestas consecuencias no solo para Hispanoámerica, sino para el conjunto del planeta”

Por encima de lo que puedan pensar y sentir los millones de católico-romanos decentes, la realidad es que puesta a elegir entre el bien y el mal, la Santa Sede, de manera oficial, se ha colocado en el lado del mal”



el jesuita James Martin señaló que “para empezar, los comentarios del Papa Francisco sobre la gente LGTB como “¿Quién soy yo para juzgar?”. Sus cinco palabras más famosas fueron en respuesta a preguntas sobre personas gays, ¿no es cierto?. Es el primer papa, ya saben, en pronunciar la palabra -“gay” en una frase”-. El jesuita Martin también afirmó que el papa Francisco “tiene amigos gays, ha hablado de cómo quiere que los gays se sientan acogidos en la Iglesia. Eso es mucho”



Continuará...

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