domingo, 25 de enero de 2009

UNA NOCHE ESPECIAL

Esta noche es una noche especial para Rut. A tardado un tiempo en decidir qué vestido ponerse para la ocasión. Escoge uno en tono claro de color beige. Resalta más su largo cabello negro. Y ahora maquilla su cara discretamente. En ese momento suena el timbre de su puerta. Rut pone el ojo en la mirilla y abre con decisión.
-Hola, Ana. Pasa. Me pillas de milagro. Ven conmigo al baño. Estaba terminando de pintarme los labios.
-Estás guapísima, pero Rut ¿estás segura de tu elección?
-No me vengas ahora con chorradas Ana. Tú me metiste en esto. Por qué no pensaste en las consecuencias antes de registrar mis datos personales en la agencia casamentera de tu marido y, encima, sin contar conmigo. Ya es un poco tarde para esa pregunta ¿no crees?
–Vale, vale, vale…tienes razón…me lo merezco, pero sabes que nosotros lo hicimos con la mejor de las intenciones. Rut te mereces lo mejor. Luis y yo pensamos... lo sé, quizá nos hemos equivocado, pero es que, tesoro, no has tenido demasiada suerte en el amor y, al menos, de esta forma los candidatos que han contestado a tu formulario son afines a tus gustos y personalidad.
–Entonces, Ana ¿por qué dudas de mi elección?
-Coño, Rut, es que a Luis le preocupa que sólo hayas tenido en cuenta, a la hora de elegir al candidato, una de las respuestas a una de las preguntas incluídas en el formulario. Sin tener en cuenta nada y a nadie más. Y, además, precisamente no era una respuesta con demasiado acierto, según él, y ten en cuenta que Luís es un buen psicólogo.
-Ya. ¿Y según tú?
-La verdad, no he visto el formulario, pero no me gustaría que te precipitaras. Eso es todo.
Rut coge una copia del formulario y con un rotulador rojo dibuja un círculo en la parte donde está escrita la respuesta en cuestión. Y después, prácticamente, dirige a Ana hacia la puerta de salida.
-Toma Ana. Aquí la tienes. Léela mientras vuelves a casa. Yo he terminado y me marcho.
Rut apaga las luces. Cierra la puerta. Y se despide de Ana mientras espera el ascensor.
-Lo siento, pero no quiero llegar tarde. Mañana nos vemos.
-De acuerdo…de acuerdo. Hasta mañana Rut.
Ana sube las escaleras todavía algo perpleja, entra en el piso de arriba, que es el suyo, y lee atentamente lo que está dentro del círculo rojo:
-¿Qué estaría dispuesto a sacrificar para mantener su relación de pareja?
-Nada.

1 comentario:

PHAROS dijo...

-¿Qué estaría dispuesto a sacrificar para mantener su relación de pareja?
nada

Aqui es la mayor fuerza de todo el texto
Besos
mapi