Hay días que son noches infinitas y que el aire se niega a penetrar por los huecos de nuestro rostro. Esos días sin luz en que anidan en tu mente preguntas con respuestas que duelen: ¿Por qué tuvo que ser así?, ¿por qué no hice lo otro?, ¿cuándo fue la última vez que me necesitaron y yo no estaba para darme cuenta?, ¿En qué momento se soltaron nuestras manos?, ¿cuándo la esperanza se fue por debajo de la puerta?
No olvidéis que os amo.
Quizá las cosas suceden, porque tengan que suceder, y las mujeres nunca tengamos una tercera opción cuando hay que elegir entre ganar un sueldo y criar a nuestros hijos, pero está claro que esta decisión será siempre injusta para ambas partes.
Para mis hijos: Rubén, Azucena y Carlos.
3 comentarios:
muy majico niña
bs
o.
Me alegra un montón verte en mi fiesta Octavio. Besos
Doberka, acabo de descubrir tu blog.
Muchas preguntas en este bello texto!!!
Besos, amiga
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