Aquí arriba: algunos poetas y amigos presentes y no presente en el homenaje ofrecido en memoria de Rolando Mix (imagen pimera): Rogelio Ayala, Carlos Gonzalez Bozalongo (gracias por las fotos), Miguel Á. Yusta, Ángel Guinda, Manuel Forega, (perdón, pero no conozco el nombre del siguiente), Luis Felipe Alegre, Fernando Burbano, J. Aguirre, Fernando Sarría, Luisa Miñana, Jorge Berges, E. Quintanilla, Rafa Luna, y yo misma (Doberka)
Dice una canción de mi tierra de nacimiento (Andalucía-Córdoba) que: “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”, y es cierto.
Tuve el amargo placer de comprobarlo el pasado sábado, día 21, en el sótano de La Campana de los Perdidos y dentro del homenaje que sus amigos (junto con Juanita, alma y compañera de Rolando) ofrecieron a la figura de Rolando Mix.
En el fondo somos lo que somos. No hay más. Y qué somos: humanos, sencillamente, humanos. Habrá quien eche de menos al agitador cultural intrínseco que llevaba dentro. Habrá quien eche de menos su musicalidad y su poesía, sus risas, sus penas, pero el tiempo hará de ello una historia más, aunque en el fondo a quien se echa y se seguirá echando de menos es al ser humano, al compañero, ¿verdad Juanita, Jorge, Victor, Carlos, verdad L. Felipe, etc, etc...? al amigo, al humano que todos conocieron, aunque discute y porque discuta, aunque llore y porque llora, aunque sueñe y porque sueña… al humano que es y será siempre Ronaldo Mix.
Me gustó estar allí, me gustó recitar para él, con él y con los demás, aunque yo no conocí a Rolando y supongo que de haberlo conocido hubiéramos tenido diferentes puntos de vista sobre la vida, sobre el amor y la amistad, sobre el horror y la caricia, sobre la sociedad y el universo, ...o no, pero como todos ellos, sus amigos, los que discutieron y disfrutaron con su compañía, ahora, le echaría de menos, porque sin ser así, sin llegar a conocerle como el resto del personal, sentí que de alguna manera yo también le echaba de menos, sin embargo, le conocí un poco o un mucho más en la voz de cada uno de los invitados y asistentes en su noche de Poesía para Perdidos, comprendí el dolor último que se posa en el alma del que aquí que se queda.
El sábado en La Campana sentí el gran cariño de quien se deja querer por todos y ama a los demás.
Encantada de conocerte..., Rolando.
Tuve el amargo placer de comprobarlo el pasado sábado, día 21, en el sótano de La Campana de los Perdidos y dentro del homenaje que sus amigos (junto con Juanita, alma y compañera de Rolando) ofrecieron a la figura de Rolando Mix.
En el fondo somos lo que somos. No hay más. Y qué somos: humanos, sencillamente, humanos. Habrá quien eche de menos al agitador cultural intrínseco que llevaba dentro. Habrá quien eche de menos su musicalidad y su poesía, sus risas, sus penas, pero el tiempo hará de ello una historia más, aunque en el fondo a quien se echa y se seguirá echando de menos es al ser humano, al compañero, ¿verdad Juanita, Jorge, Victor, Carlos, verdad L. Felipe, etc, etc...? al amigo, al humano que todos conocieron, aunque discute y porque discuta, aunque llore y porque llora, aunque sueñe y porque sueña… al humano que es y será siempre Ronaldo Mix.
Me gustó estar allí, me gustó recitar para él, con él y con los demás, aunque yo no conocí a Rolando y supongo que de haberlo conocido hubiéramos tenido diferentes puntos de vista sobre la vida, sobre el amor y la amistad, sobre el horror y la caricia, sobre la sociedad y el universo, ...o no, pero como todos ellos, sus amigos, los que discutieron y disfrutaron con su compañía, ahora, le echaría de menos, porque sin ser así, sin llegar a conocerle como el resto del personal, sentí que de alguna manera yo también le echaba de menos, sin embargo, le conocí un poco o un mucho más en la voz de cada uno de los invitados y asistentes en su noche de Poesía para Perdidos, comprendí el dolor último que se posa en el alma del que aquí que se queda.
El sábado en La Campana sentí el gran cariño de quien se deja querer por todos y ama a los demás.
Encantada de conocerte..., Rolando.
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