miércoles, 30 de septiembre de 2009

LOS JUEVES POESÍA EN EL "CANDY WARHOL"


La noche del pasado jueves, RICARDO DIEZ PELLEJERO, JUAN LUIS FELIPE Y RODRIGO CONDE nos recitaron algunos de sus poemas en el “Candy Warhol” y allí estuvimos para contemplarlos, a ellos, y a sus estupendos poemas.
Me encantan los contrastes. Esa noche los hubo y haber estado acompañando a los poetas y rodeados de buenos amigos fue todo un placer.

Ricardo Diez Pellejero es un poeta que une los sentidos al paisaje para llenarlo de sensibilidad, de calma, ya sea éste, un horizonte, o un océano, o las nubes más negras, o un simple puñado de arena. El poeta encuentra en el paisaje el lado más humano, aunque para ello tenga que viajar a través del tiempo en busca de momentos vividos en su infancia y, una vez recuperados del pasado, ellos, los paisajes, nos llegaban directamente desde su voz.
Una voz tenue y tenaz que requiere la quietud del oyente y, a mí, personalmente, me encanta.

Juan Luís Felipe, por contraste, es un poeta enérgico en sus pasiones y en su voz. Sus poemas están concebidos desde las emociones del cuerpo, del sentir y disfrutar de lo sentido, desde un beso de mujer, desde esos labios inolvidables y llenos de jugosos recuerdos, hasta la muerte por amor, la muerte más tierna, esa muerte que no mata, pero te deja muerto o mal herido.
No conocía a Juan, pero fue un placer y una buena oportunidad para llegar a conocerlo.

También tuve el placer de conocer a Rodrigo Conde, un nuevo poeta, que nos llega de lejos, pero se siente muy cercano. Nos habla en sus poemas de la soledad del poeta, esa soledad inmensa, muchas veces, necesaria, pero otras posiblemente evitables en nuestro caminar, también hablan de los colores que acompañan a los poetas, que no sólo son el blanco o el negro, sino los innumerables y maravillosos colores intermedios que crean los poetas o, al menos, lo intentamos.

Me quedé con las ganas de escuchar su último poema, y espero tener la ocasión de volver a escuchar a Rodrigo Conde, también a los demás, por supuesto.
Tenía que marcharme y lo sentí, a veces tienes que elegir entre el placer y las obligaciones y, esta vez, yo, tuve que hacerlo, pero me siento afortunada por cada minuto que comparto con la poesía, los poetas, y los amigos que encuentro en el Candy Warhol cada noche de jueves.

Gracias a Fernando Frisa y a todos los que colaboran con él para que estos actos ocurran y estén llenos de vida, porque ¿qué otra cosa, sino vida es la poesía?...

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