Hoy voy hablar de un ciclo de poesía muy, muy especial para mí. Se trata de “ÉSTE JUEVES, POESÍA” un ciclo muy especial, como digo, y no sólo porque la poesía ha pasado a ser en mi vida, al mismo tiempo, una muy especial inquietud y una especie de necesidad vital (aunque algunos sigan pensando que es sólo algo así como un hobby o un entretenimiento) , sino porque gracias a éste ciclo de encuentros de poesía coordinado por Nacho Escuín (y tod@s los que le apoyan y colaboran en todos sus proyectos) he podido entrar y conocer
Esa parte era y es
La primera vez que entré me sentí emocionada y rara.
Recuerdo que pensé: pero qué haces aquí, Loli, y tuve la sensación de llevar un cartel con la palabra “Intrusa” puesto en la frente.
Más adelante, en una ocasión en la que hubo que trasladarse a
Sí, si en su momento mi vida hubiese sido otra.
De haber sido así, probablemente, mis estudios hubieran terminado ahí, en
Compañeros y compañeras que nunca llegué a conocer.
Estudios que nunca realicé. Profesores de los que nada pude aprender, porque mi vida tuvo que ser y ha sido otra.
Y en ésta vida mía, la vida que sí he tenido, ni entraban planes de estudios ni pudo nunca pensarse en esa posibilidad, ni tuve tiempo para descubrir que me hubiera gustado seguir mis estudios en un Instituto, ni mucho menos pensar en acabarlos ahí, en
Lógicamente eran otros tiempos. Ni mejores ni peores, únicamente…, otros.
Otra mentalidad. Ni mejor ni peor, desoladoramente…, otra.
Ni culpables ni inocentes, tan sólo…, otras vidas y otras circunstancias.
Esas mismas circunstancias de la vida, quién sabe, seguramente, han sido las que me han llevado a volver donde nunca estuve. Volver de la poética mano de Nacho Escuín y todos los poetas invitados en las distintas sesiones, y de los que hemos disfrutado, en el ciclo "ÉSTE JUEVES, POESÍA” temporada 2009/2010, y que han sido muchos, muy interesantes y muy buenos:
Emilio Gastón, Sergio Gaspar, Ángel Guinda, Manuel Martínez Forega, Kutxi Romero, Enrique Cabezón, Abel Murcia, Juan Antonio Tello, Carmen Camacho, David Eloy, Enrique Falcón, Pablo Lópiz, Ángel Petisme, Eduardo Moga, Enrique Villagrasa, Fernando Sarría y José Antonio Conde.
Veis cómo eran (y son) realmente interesantes.
Si es que…, bueno, en fin…: que siempre son buenos para mí, pesaréis, lo sé, pero eso es, porque mientras no me demuestren lo contrario, todos merecen mi atención y mi respeto, no sólo hacia sus obras poéticas, sino hacia los seres humanos que son.
Y poco después, un tiempo para tomar un tentempié y, poetas y oyentes, directos al Candy Warhol para seguir disfrutando en una nueva, aunque más informal, y no por ello menos interesante, sesión de poesía, eso sí, rodeados de amigos, pero con una cervecita refrescando nuestra garganta. Una sesión en el Candy coordinada por y por gentileza de: Fernando Frisa y Fernando Sarría.
Qué os puedo contar del Candy Warhol que no haya dicho ya.
Pues, que allí me he sentido y siento como en mi casa.
Que tuve la gran suerte de compartir micrófono y poemas con el excepcional poeta y artista plástico José Antonio Conde (qué valiente y majo que es) en mi primer recital poético y guardo unos recuerdos muy hermosos de aquella noche en el Candy Warhol.
Que también guardo unos recuerdos preciosos con Fernando Frisa que es el dueño del local y un artista que me dejó con la boca abierta cuando nos cantó hermosas canciones con su singular voz y su guitarra. Y como no guardar en el bolsillo de mi memoria la gran sonrisa de Nacho, el mejor camarero del Candy y un joven estupendo.
Y, en fin, que son tantos recuerdos y gentes con los que he compartido tardes y noches de poesía en la Universidad y en el Candy, que me es imposible nombrar a todos y a todas: Poetas la mayoría tanto dentro como fuera del escenario y grandísimas personas todos ellos (vosotros).
Se nota que os echo de menos y eso que el verano acaba de comenzar. Y es que el verano se me hace tan largo y tan poco cálido como el invierno en el Polo Norte.
Antes de descansar por un tiempo en el blog, pues, pienso tomarme unas pequeñas vacaciones blogueras, para recuperar fuerzas, ya sabéis, quiero agradecer de una manera total y sincera a Nacho Escuín el esfuerzo y la ilusión con que trabajó (y trabaja en todos sus proyectos poéticos) para ofrecer a las gentes las preciosas sesiones de Poesía en el Parque Grande y que el clima se ocupó de deslucir o suspender en seguidas ocasiones. Dichoso clima. Pero si creéis que eso le va a detener en su empeño por seguir esparciendo la palabra poética entre las gentes estáis equivocados.
Porque estoy segura que volveremos a vernos cara a cara con la poesía en el Parque Grande o en cualquier otro lugar. Gracias por todo lo que das, Nacho.
Y gracias a todos los que pasáis por éste humilde blog, que ahora descansará por un tiempo, pero sólo por un tiempo…, ehhhh!
Feliz verano a todos y todas.
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