lunes, 11 de enero de 2010

RECAPITULEMOS...

Voy a recapitular antes de comenzar el año 2010, y os hablaré de algunas actuaciones que el pasado año se quedaron en el tintero (para mi ha sido un final de año de acelerados sucesos) como la estupenda tarde que pasé en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras, en el Campus de San Francisco dónde tuvimos un nuevo encuentro en esta ocasión con dos de los más grandes poetas y, sin embargo, amigos: Ángel Guinda y Manuel Martínez Forega, tan distintos en su lenguaje y tan fascinantes los dos, en fin, que sentí enormemente no haber podido asistir, aquella noche, a la continuación de su recital en el Candy Warhol, pero los sucesos de los que hablaba con anterioridad comenzaban a hacer estragos en mi agenda.

Y cómo olvidar la buena impresión que recibí en el Candy Warhol la noche del jueves, veintiséis de noviembre, cuando conocí y escuché a Sergio Ortas, mas conocido como “Puritani”, la verdad fue un descubrimiento muy positivo, poéticamente hablando y una nueva experiencia. Cuando llegué Puritani ya había comenzado su recital, el Candy estaba a rebosar y me pareció estar en otra parte, en otra ciudad, en otro tiempo. Su rostro maquillado era intemporal y su desgarradora voz, las rabiosas palabras de sus poemas, todo, me dejó impresionada, de verdad, y eso que los ruidosos de turnos hacían… ruido, claro, pero Puritani les hizo callar, al menos, un poco. Me pareció estupendo esa falta de respeto hacia ésas personas por parte del artista, por razones obvias: qué respeto se merecen las personas que no son capaces de respetar el trabajo de los demás, pues ahí le has dao. Apunté como pude algunos de sus fantásticos versos, pero mi letra era ilegible. Y ya lo siento, en cualquier caso fue un placer conocerle y escucharle.

También dejé en el tintero la tarde del jueves, 3 de diciembre, que nuevamente en la Universidad teníamos de invitados a Enrique Cabezón y Kutxi Romero. Qué tarde, madre mía, no cabía ni un alfiler, tuvimos que cambiar de Sala porque quedaba más gente fuera que dentro en la Sala de Filosofía y Letras y es que habría tropecientos estudiantes esperando para verlos y escucharlos, me quedé sorprendida por tan apabullante asistencia, yo no los conocía, así que os podéis imaginar mi doble curiosidad por conocerlos y enseguida se palpó en el ambiente el cariño hacia los dos poetas, su simpatía, su deslenguado lenguaje, su buen rollo, en fin, que aquello de “nos los metimos en el bote” se cumplió, por supuesto, y mereció la pena conocerlos a ellos y a sus poemas, aquella noche, tampoco pude asistir a la continuación del recitado de poemas por parte de ambos poetas en el Candy, pero me alegra que pudieran disfrutar los demás, un ratito más, de la poesía y de la fiesta que ello supone para quien, como yo, la ama cada día más.
Y qué decir tiene lo mal que me sentí cuando no llegué a tiempo para anunciaos que el día 10 de diciembre recitaban el el Candy dos de mis más entrañables poetas y, además, amigos: Miguel Ángel Yusta y Fernando Sarría, y que para disgusto mío tampoco ese día los astros tuvieron a bien dejar que puediera escaparme un ratico para disfrutar de ellos un día más... aunque estoy segura de que ambos supieron perdonar mi despiste, y que comprendieron, mi ausencia y mi dolor aquella noche.


Bueno y para terminar os diré que ha sido el 2009 un año duro de narices, pero también, maravilloso… exquisito en algunos aspectos. Pensé que terminaría el año sola, pero nunca se está solo del todo, esto digo casi siempre, aunque en esta ocasión estuve en compañía, si no, de todas las personas que hubiera querido, sí de la mayoría a las que adoro: mis tres hijos, incluyo al novio de mi hija, que para mí ya es un hijo más; mi madre, que por cierto, hacía tiempo no veía sonreír a ninguno de ellos, y a mi hermana y mi hermano con sus respectivas parejas. Sí, así de pequeño es mi mundo y de grande a la vez. He recibido tres regalos extraordinarios por su sencillez y emotividad: un Atrapasueños precioso, aunque reconozco que al principio éste regalo me sorprendió, porque los que me conocen, y ellos me conocen muy bien, saben que no tengo problemas para dormir, precisamente mi problema es que duermo poco y soy capaz de quedarme dormida, si nadie me molesta, incluso de pie, pero una posterior explicación me hizo entender que este decorativo artilugio procuraría velar mis sueños y filtrar sólo los apacibles y tranquilos y atraparían los malévolos para que mis sueños fueran un puro descanso, otro regalo fue una canción, canción compartida, pues está dedicada a la madre y esa noche había dos madres escuchándola, mi madre y la madre de mis hijos, que soy yo. No sé si a los demás gustará o no, pero será siempre, para mi, una de mis canciones favoritas y una emotiva razón para seguir luchando por ellos, mis hijos, hasta el final de mis días. El tercer regalo fue estar con ellos esta nochevieja. Éste es el mejor de todos los regalos: verlos a todos sonreír sin tensiones...

Un propósito para el 2010, bueno, dos: fumar un poco menos y recibir este año con la mejor de las medicinas: “mi buen humor” que no me falte nunca, que sea capaz de reírme de mí misma, siempre y a pesar de las contrariedades, que siga y consiga, con ello, ser más dichosa y hacer feliz a mucha gente… a toda la gente que me rodee, porque es lo mejor que puedo dar en estos momentos, amén, por seguir amando la literatura en general y especialmente: LA POESÍA

Esta es la canción que me dedicaron y quiero compartirla con todos vosotros, me importa el rabo de un pimiento si resulta cursi o si no gusta la cantante, es mi canción y a mi me gusta, si mis hijos me hubieran dedicado una canción de Juanito Valderrama y Dolores Abril también la colgaría. Sólo espero que se vea y oiga bien. Va por ellos, mis hijos, por vosotros, los padres, aunque algunos no se lo merezcan, por mi, por mi madre y por todas las madres, aunque, para ser justos diré, que algunas tampoco se lo merezcen... pero es que ¿acaso hay alguien perfecto?
Buenas noches…

3 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Precioso texto. Te deseo lo mejor para este año nuevo, que se cumplan todos tus sueños. A mí un atrapasueños siempre me ha parecido una maravilla de regalo, un detalle mágico que también dice mucho de la persona que lo regala. Creo que pocos regalos tienen un propósito más bonito: "que sólo tengas bueno sueños...". Es precioso. Muy bonitas palabras.

Ediciones del 4 de Agosto dijo...

Gracias por tus generosas palabras.

Doberka dijo...

Gracias, Dana. Gracias, kb, por vuestra visita. Feliz año 2010 y más... a los dos.

Besos